¿Te imaginas dejar de sentir miedo a través de una práctica que te despierte placer y disfrute? Y es que esto es lo que yo he logrado sentir gracias a la práctica constante de tantra. Hoy puedo decirte que soy una mujer más libre y con menos ataduras al pasado. Una precisión que quiero hacer es que no estoy hablando de libertinaje o de hacer lo que quiera sin medir las consecuencias. Esa libertad de la que hablo es la que sientes cuando sueltas miedos, traumas o heridas en torno no solo a la sexualidad sino también a la vida …
Si sientes pena o te sonrojas cuando alguien comienza a preguntarte o a hablar de tantra o de sexo, créeme que a mi me pasó y hoy me pasa, solo que menos.
Y es que estos temas hoy son aún un tabú, algo que se debe comentar en silencio, que se debe aprender a escondidas… ¿Te suena familiar?
Leer más¿Has sentido miedo o pena al hablar de sexo o tantra? Yo sí
Obtener todo eso que promete el tantra, aumentar tu placer, transformar tu vida y cualquier otra cosa que se pase en este momento por tu cabeza, parte de una misma base.
El tantra es un camino profundo y largo, que requiere dedicación y disciplina, pero que tiene un punto básico por el cual cualquier persona puede empezar de inmediato.
Todos, por más feministas o machistas que nos consideremos, tenemos una energía masculina y femenina.
Aprender a reconocer qué energía está más elevada o dominando, es la manera de empezar a trabajar en nosotros para estar en equilibrio y en armonía.
¿Te imaginas si lo que sientes cuando te excitas lo pudieras sentir también por todo tu cuerpo?
No solo es posible, sino que además lo puedes usar para muchas más cosas a parte del placer, pero de eso ya te hablé en otro artículo: El tantra como camino de vida, así que acá me voy a ocupar de cómo hacerlo.
Al pensar en la palabra tantra, ¿qué se te viene a la mente?. Tómate unos segundos y simplemente observa qué imágenes, pensamientos o palabras llegan a tu cabeza.
Es muy común que las personas relacionen inmediatamente al tantra como algo obseno, sexual, pasional o erótico; pero si te dijera que no es así ¿qué pensarías?
Te has excitado y has sentido deseo sexual, lo doy como un hecho, me extrañaría que alguien dijera que no.
Piensa en alguna vez que hayas estado muy excitada(o) y trata de recordar en cómo se sentía tu cuerpo en ese momento, qué pensabas o en donde estaba enfocada tu atención.
Fueron un poco más de 20 años en los que me sentía incómoda con mi cuerpo, siempre encontraba la excusa o el detalle para esconderme bajo prendas de vestir holgadas y poco juveniles para mi edad.
Sentía inseguridad y pena por mostrar un poco de piel, me sentía un tanto incómoda al usar faldas, blusas escotadas o “sexys”.
Hay pocas cosas que me impactan de una manera tan fuerte como lo ha hecho el tantra.
Al principio ni sabía que esperar, tenía en mi cabeza lo que todo el mundo tiene: sexo, orgasmos infinitos y placer inigualable, ideas fuertes como para seducir a cualquiera.
A decir verdad, cuando me aventuré a participar en el primer taller de tantra que estuve, no tenía ni la más remota idea de qué se trataba. Busqué un poco en Internet y quedé más perdida porque habían muchas opiniones y teorías al respecto.
Aun así, algo en mí me decía que me lanzara a probar y así lo hice.